Elegir el vestido que llevarás en tu boda no es tarea fácil, de hecho es uno de los puntos más importantes, y algo que, para bien o para mal, todo el mundo espera ver. La compra se planifica al detalle pero la presión es enorme y es muy común que las novias cometan varios errores.
Hoy te explicamos cuáles son para que no caigas en ellos.
- Creer que vas a encontrar el vestido de tus sueños a la primera: te lo vamos a decir claro, eso no va a ocurrir. Hay un vestido para ti ahí fuera pero igual no es exactamente como te lo habías imaginado y probablemente no lo encuentres a la primera. Así que lo mejor es mantener una mentalidad abierta a la hora de probarte los distintos vestidos, ¡seguro que acabarás encontrando el tuyo!
- Ir con demasiada gente: mucha gente significa muchas opiniones distintas y al final la tuya, que debería ser la más importante, queda un poco apagada. Así que te recomendamos que vayas con la gente imprescindible, es decir, no más de cuatro personas y sobretodo aquellas que te conozcan mejor y te aconsejen, pero al mismo tiempo sepan respetar tus decisiones.
- Empezar a buscar demasiado pronto: una cosa es ir mirando ideas pero si empiezas a buscar el vestido demasiado pronto pueden surgir varios problemas, y es que hay que tener claro cosas como el cuándo y el dónde tendrá lugar la celebración, así como la temática, los colores y un montón de detalles más que luego te ayudarán a la hora de escoger el vestido perfecto.
- Empezar a buscar demasiado tarde: no es buena idea empezar muy pronto pero si te pones a ello demasiado tarde es probable que te quedes sin tiempo y acabes comprando uno que no te convenza del todo.
- El presupuesto: el vestido de novia es un gasto importante pero además tienes que tener en cuenta los gastos adicionales como el velo, las joyas, los zapatos o los cambios en la confección. Pequeñas cosas que juntas se llevan un buen pellizco de tu presupuesto final. Ten todo esto en cuenta al decidirte por un vestido o por otro y todo irá bien.
- Seguir buscando después de haberlo encontrado: mala idea, una vez lo encuentres y lo compres, deja de buscar. Porque lo único que vas a conseguir es crearte un buen lío en la cabeza. Cuando compraste el vestido lo hiciste por un buen motivo y eso es lo que tienes que recordar, te inspiró lo suficiente como para pagar un buen dinero por él, que no te consuman las inseguridades, seguro que te queda perfecto.
- Quedarte con un vestido por complacer a alguien: por este mismo motivo te recomendábamos en el segundo punto que fueras de caza únicamente con la gente imprescindible, aquellos que sabes que no van a intentar imponer su opinión. Está claro que habrán saltos generaciones o simplemente gustos distintos, pero lo importante es que tú estés contenta y que las opiniones de los demás sean únicamente eso, opiniones.
- Comprar uno que no te representa: elige el vestido que te haga brillar pero que no te convierta en alguien que no eres, cada uno tiene su propio estilo. Lo importante es que estés cómoda con tu decisión.